Una de las épocas más esperadas del año por la mayoría de los Godínez en México, es la de «diciembre y sus posadas», pero no sólo por ser una de las épocas donde la fiesta, los regalos, la comida, la convivencia familiar y los días festivos se vuelven parte de la vida cotidiana de las familias, sino porque es también una de las épocas en que los Godínez recibimos una entrada de dinero extra en comparación con el resto de los meses del año. Llega el tan anhelado, soñado, deseado, pero jamás repudiado aguinaldo.
Pero… ¿Qué es el aguinaldo?
El aguinaldo, es un pago anual que recibimos los trabajadores, que de acuerdo a la «Ley Federal del Trabajo» en México, es equivalente a por lo menos 15 días de salario para aquellos trabajadores que hayan laborado el año completo dentro de la misma empresa y éste debe pagarse antes del día veinte de diciembre de cada año, sin importar el tiempo que se tenga laborando dentro del lugar de trabajo. Es decir, que quienes no hayan trabajado el año completo se les pagará su aguinaldo de manera proporcional.
¡OJO GODÍNEZ!, el aguinaldo es un derecho, así que tu empleador está obligado a pagarlo.
Sí bien, éste pago nos genera emoción y hasta euforia al momento de recibirlo, no hay que olvidar que debemos ser muy responsables a la hora de decidir cómo distribuiremos o gastaremos ese dinerito extra, pues si lo hacemos de manera inconsciente y precipitada puede que pronto sintamos ese cargo de conciencia o culpa por haberlo utilizado de una manera irresponsable -y no te culparía-, nos cuesta un año de trabajo volverlo a recibir íntegramente.
Recuerda, «Detrás de un gran poder, hay una gran responsabilidad» –Franklin D. Roosevelt–
El aguinaldo incrementa nuestro poder de compra y las fechas en que normalmente lo recibimos están rodeadas de tentaciones a cualquier lado que vayas, desde las tradicionales posadas (con su respectivo «outfit navideño» e intercambio o regalo de amigo secreto) que organizamos con cada uno de nuestros diferentes círculos sociales (compañeros de trabajo, amigos, familiares, etc.), hasta las súper promociones -que no siempre son promociones- en los diferentes centros comerciales y supermercados. Los llamativos anuncios publicitarios y el fervor de la época son los principales aliados de las compras por impulso.
Consejos para no caer en la tentación…
El primer consejo básico para no mal gastar nuestro dinero es que tengamos un plan o presupuesto mensual-anual (hablaremos de él en nuestras futuras emisiones) ya definido de cómo estaremos haciendo uso de nuestros recursos, pero si aún no lo tienes y ya recibiste tu aguinaldo, no te preocupes, aún hay una forma de protegerlo, sólo sigue las siguientes recomendaciones, y con un poco de tiempo y fuerza de voluntad estarás haciendo un uso responsable de tu aguinaldo:
- Segrega tu aguinaldo de tu sueldo. Si bien, nuestro aguinaldo lo recibimos en la misma cuenta que nuestro sueldo, son percepciones que debemos de mantener separadas en términos de gastos, ya que, de lo contrario, podemos experimentar ese sentimiento de confianza «irreal» de que no existe nada que no podamos pagar y excedernos en nuestros consumos ordinarios. El objetivo es que podamos cubrir nuestros gastos ordinarios del mes (incluyendo nuestra recreación y esparcimiento) con la misma cantidad de dinero que siempre lo hemos hecho.
- Ahorro e inversión. Como primer punto después de segregar el aguinaldo, tenemos el ahorro e inversión y es que, aunque son dos conceptos diferentes, el tener estos dos rubros dentro de nuestras finanzas personales nos ayuda a generar certidumbre en tiempos de incertidumbre e incluso a mejorar nuestro nivel y calidad de vida, por lo que resulta conveniente buscar asesoría profesional en épocas en que se recibe un dinero extra para definir cómo incluir en cierta proporción estos conceptos en nuestro balance personal.
- Visualiza qué necesidades o deseos puedes cubrir con tu aguinaldo. Como todo sacrificio tiene su recompensa, también hay espacio para consentirte después de todo un año de arduo trabajo -o al menos pensaría que así fue-, por eso, una vez que hayas cubierto el apartado de ahorro e inversión, la siguiente recomendación es que enlistes algunas necesidades (de menor a mayor costo) en que tu aguinaldo puede aportar para cubrir una necesidad o bien solventarla inmediatamente. Posteriormente, enumera de la misma forma una lista de deseos (realistas) que quisieras cumplir y define de qué forma tu aguinaldo puede ayudar para llevarlo a cabo. De esta forma podrás identificar qué necesidades y deseos se pueden cubrir de forma inmediata y cuáles pueden tomar algún tiempo, pero que con constancia podrás alcanzar. Así mismo, podrás identificar qué necesidades o deseos pueden esperar para otro momento.
Todo sacrificio tiene su recompensa
Aunque pareciera fácil seguir estas tres recomendaciones, la verdad es que resulta más fácil escribirlas y leerlas que ponerlas en práctica -estoy seguro de que todos en alguna ocasión hemos sentido esa sensación de lumbre en las manos al momento de gastar dinero-, pero no nos desanimemos que alcanzar la libertad financiera no se logra de la noche a la mañana. El hecho de estar leyendo este artículo hasta el final es el primer gran paso para lograrlo. Sigamos ¡Educando al Godín que llevas dentro!
Por Lalo Godín